COMENTARIO COMPETO Y, DEBAJO DE ÉL, MÁS FOTOGRAFÍAS NUESTRAS DE LA RUTA MOLINO DE ZACARÍAS-CUEVA DE LOS LETREROS
VELEZ BLANCO - ALMERÍA
31 de octubre de 2019
El comentario es una aportación de los compañeros, Paco García y los del Grupo de Flora y Fauna. Nos lo leen, durante el descanso-refrigerio que hacemos a mitad del recorrido los compañeros Paco Torroglosa el de la Ruta y Josefina el de Flora y Fauna.
VELEZ BLANCO - ALMERÍA
31 de octubre de 2019
El comentario es una aportación de los compañeros, Paco García y los del Grupo de Flora y Fauna. Nos lo leen, durante el descanso-refrigerio que hacemos a mitad del recorrido los compañeros Paco Torroglosa el de la Ruta y Josefina el de Flora y Fauna.
BARRANCO DE ARGÁN–RIBERA DE LOS MOLINOS
VELEZ BLANCO - ALMERÍA
También conocido como Alcantarilla de Argán, se trata de un acueducto que cruza la rambla de la Ribera de los Molinos para conducir el agua hacia el brazal de Turruquena. Este acueducto tiene un arco de medio punto, ya muy deteriorado por su antigüedad, que salva la rambla, y sobre éste un pequeño arco, también de medio punto. Por su parte superior discurre la acequia, cerrada, partiendo desde la Caseta del Bronce, ubicada en uno de los laterales del acueducto, que sirve de partidor.
Históricamente, la comarca de los Vélez ha venido marcada como lugar de paso, atestiguado desde época romana a través de la rambla de Chirivel y por su condición fronteriza desde tiempos musulmanes, donde se producen las transformaciones de poblamiento más importantes sobre el territorio que configuran el núcleo de las poblaciones. Los grandes aljibes ganaderos, por sus características constructivas y por existir paralelos con los de otros parajes de la provincia, son construcciones del período nazarí. Ocupan un lugar alejado de las zonas de cultivo y se construían como una ruta trashumante para el ganado de Orce y Huéscar, como se constata en un documento de 1488, en el que los vecinos de Lorca, en la zona cristiana, llevaban sus ganados a pastorear a las Sierras de Vélez y Huéscar, pagando un tributo.
En 1503, después de la conquista castellana y formando el Señorio de los Vélez, encontramos entre las propiedades del primer marqués tres molinos harineros (el de la Cabeza, el de Bermejo y el de la Oliva) emplazados en el Barranco de Argán, posteriormente llamado Ribera de los Molinos de Vélez Blanco.
La repoblación después de la expulsión de los moriscos, vino marcada por numerosos conflictos en los que el agua se convierte en el punto central de las disputas entre los vecinos que se asentaron tras la conquista y los numerosos repobladores que llegaron después de la expulsión de los moriscos, así como entre el Señorío de los Vélez y la Corona, en lucha por mantener sus privilegios.
Las constantes trifulcas por la propiedad del agua dio lugar a un sistema que separa la propiedad de la tierra de la del agua, siendo su venta repartida mediante subasta diaria entre regantes en un local denominado Alporchón, y que llegará hasta nuestros días.
A mediados del siglo XVIII, la Ribera de los Molinos concentra la mayoría de los molinos registrados en el Catastro de Ensenada, nueve en Vélez Blanco, uno en María y otro en Chirivel, siendo el marqués el propietario de la mitad de ellos.
En el siglo siguiente, se produce el mayor aprovechamiento de las aguas superficiales, alcanzando el momento cumbre de su expansión en la comarca, funcionando 44 molinos, batanes (piedras planas que con un movimiento oscilatorio de otras de base curva se muelen los granos. También se denominan así las máquinas hidráulicas compuestas de grandes mazos de madera para golpear y desengrasar los paños y el edificio donde se albergaban dichas máquinas), fábricas de harina, fábricas de hilados y tejidos y fábricas de luz.
La generalizada crisis del medio rural en el siglo XX junto con la emigración y la falta de medios de comunicación, provocaron la reducción de la producción y comercialización de la industria harinera al ámbito estrictamente comarcal.
La riqueza natural de Sierra María - Los Vélez pone el colofón perfecto al tesoro cultural de la comarca velezana, dueña de un patrimonio artístico y documental incalculable, con yacimientos prehistóricos tan relevantes como los hallazgos de Cueva de los Letreros, Cueva Ambrosio, Cueva del Gabar y Cerro de las Canteras.
La Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, mediante Resolución de 24 de abril de 2002 incoó el procedimiento para la inscripción colectiva, en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, de sesenta y cuatro bienes inmuebles de la Cultura del Agua de la Comarca de Los Vélez.
Históricamente, la comarca de los Vélez ha venido marcada como lugar de paso, atestiguado desde época romana a través de la rambla de Chirivel y por su condición fronteriza desde tiempos musulmanes, donde se producen las transformaciones de poblamiento más importantes sobre el territorio que configuran el núcleo de las poblaciones. Los grandes aljibes ganaderos, por sus características constructivas y por existir paralelos con los de otros parajes de la provincia, son construcciones del período nazarí. Ocupan un lugar alejado de las zonas de cultivo y se construían como una ruta trashumante para el ganado de Orce y Huéscar, como se constata en un documento de 1488, en el que los vecinos de Lorca, en la zona cristiana, llevaban sus ganados a pastorear a las Sierras de Vélez y Huéscar, pagando un tributo.
En 1503, después de la conquista castellana y formando el Señorio de los Vélez, encontramos entre las propiedades del primer marqués tres molinos harineros (el de la Cabeza, el de Bermejo y el de la Oliva) emplazados en el Barranco de Argán, posteriormente llamado Ribera de los Molinos de Vélez Blanco.
La repoblación después de la expulsión de los moriscos, vino marcada por numerosos conflictos en los que el agua se convierte en el punto central de las disputas entre los vecinos que se asentaron tras la conquista y los numerosos repobladores que llegaron después de la expulsión de los moriscos, así como entre el Señorío de los Vélez y la Corona, en lucha por mantener sus privilegios.
Las constantes trifulcas por la propiedad del agua dio lugar a un sistema que separa la propiedad de la tierra de la del agua, siendo su venta repartida mediante subasta diaria entre regantes en un local denominado Alporchón, y que llegará hasta nuestros días.
A mediados del siglo XVIII, la Ribera de los Molinos concentra la mayoría de los molinos registrados en el Catastro de Ensenada, nueve en Vélez Blanco, uno en María y otro en Chirivel, siendo el marqués el propietario de la mitad de ellos.
En el siglo siguiente, se produce el mayor aprovechamiento de las aguas superficiales, alcanzando el momento cumbre de su expansión en la comarca, funcionando 44 molinos, batanes (piedras planas que con un movimiento oscilatorio de otras de base curva se muelen los granos. También se denominan así las máquinas hidráulicas compuestas de grandes mazos de madera para golpear y desengrasar los paños y el edificio donde se albergaban dichas máquinas), fábricas de harina, fábricas de hilados y tejidos y fábricas de luz.
La generalizada crisis del medio rural en el siglo XX junto con la emigración y la falta de medios de comunicación, provocaron la reducción de la producción y comercialización de la industria harinera al ámbito estrictamente comarcal.
La riqueza natural de Sierra María - Los Vélez pone el colofón perfecto al tesoro cultural de la comarca velezana, dueña de un patrimonio artístico y documental incalculable, con yacimientos prehistóricos tan relevantes como los hallazgos de Cueva de los Letreros, Cueva Ambrosio, Cueva del Gabar y Cerro de las Canteras.
La Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, mediante Resolución de 24 de abril de 2002 incoó el procedimiento para la inscripción colectiva, en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, de sesenta y cuatro bienes inmuebles de la Cultura del Agua de la Comarca de Los Vélez.
FLORA Y FAUNA:
La espectacular belleza del Parque Sierra María - Los Vélez, combinando sabiamente agrestes relieves, frondosos bosques y nevadas cumbres, rompe con la aridez típica del paisaje de la zona.
Los encinares se configuran como las formaciones vegetales más representativas, aunque la mayor mancha vegetal la ocupan los pinares. Sobre ellos, no es difícil seguir con la vista la silueta de algún águila real o algún azor.
En Sierra María existe una amplia variedad de comunidades vegetales. La naturaleza caliza del suelo da lugar a formas quebradas, cuevas y grietas que permiten la existencia de diversos microclimas y biotopos y el desarrollo de diferentes formas de vegetación. La flora de la sierra además es muy rica, destacando gran variedad de géneros y especies tales como: agracejo, arce, centáurea, encina, enebro, pino carrasco, pino laricio, piorno, quejigo, rascaculos, etc.
El pino carrasco ha sido la especie mayoritariamente empleada en las repoblaciones por su gran adaptación a condiciones se suelos poco fértiles y de escasa humedad. La diversidad de hábitats presentes en Sierra María (bosques, canchales, pedregales, escarpes,...) permite la presencia de una rica y variada fauna fácilmente observable, destacando la presencia avícola con más de cien especies que lo habitan. Destacan: En aves: águila calzada, águila real, águila culebrera, alcotán europeo, azor, búho real, calandria, cernícalo, gavilán, halcón peregrino, vencejo, etc. En mamíferos: ardilla común, comadreja, gineta, lirón careto, jabalí, tejón, zorro rojo, etc., y en reptiles: lagarto ocelado, culebra de escalera y víbora de Lataste.
Los encinares se configuran como las formaciones vegetales más representativas, aunque la mayor mancha vegetal la ocupan los pinares. Sobre ellos, no es difícil seguir con la vista la silueta de algún águila real o algún azor.
En Sierra María existe una amplia variedad de comunidades vegetales. La naturaleza caliza del suelo da lugar a formas quebradas, cuevas y grietas que permiten la existencia de diversos microclimas y biotopos y el desarrollo de diferentes formas de vegetación. La flora de la sierra además es muy rica, destacando gran variedad de géneros y especies tales como: agracejo, arce, centáurea, encina, enebro, pino carrasco, pino laricio, piorno, quejigo, rascaculos, etc.
El pino carrasco ha sido la especie mayoritariamente empleada en las repoblaciones por su gran adaptación a condiciones se suelos poco fértiles y de escasa humedad. La diversidad de hábitats presentes en Sierra María (bosques, canchales, pedregales, escarpes,...) permite la presencia de una rica y variada fauna fácilmente observable, destacando la presencia avícola con más de cien especies que lo habitan. Destacan: En aves: águila calzada, águila real, águila culebrera, alcotán europeo, azor, búho real, calandria, cernícalo, gavilán, halcón peregrino, vencejo, etc. En mamíferos: ardilla común, comadreja, gineta, lirón careto, jabalí, tejón, zorro rojo, etc., y en reptiles: lagarto ocelado, culebra de escalera y víbora de Lataste.
MÁS FOTOGRAFÍAS DE LA RUTA.
FOTOGRAFÍAS DE AGUSTÍN SOLA SEGURA
FOTOGRAFÍAS DE PACO:
Estas son las fotografías que me habéis enviado de esta Ruta y que no esta en el Blog de la Ruta. Cuantas más me mandéis más pondré.
ResponderEliminarComo podemos observar la implicación de los miembros y miembras del grupo es total..ayuda cuando es necesaria...para salvar obstáculos...Compartir la bota etc...una gozada compañeros
ResponderEliminarY que lo digas
EliminarMagnifica ruta y los molinos muy bonitos
ResponderEliminarLa ribera de Los Molinos y la visita de la Cueva de los Letreros, muy didácticas.
ResponderEliminarVenturosa ,ruta ,con un presente , con bastante agua un r egreso al pasado,con la Cueva de los Letreros ,y una búsqueda de gafas ,con final feliz ...
ResponderEliminarRuta de los molinos Vélez Blanco y Cueva de los Letreros
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